Los problemas de conducta en niños siempre son fuente de preocupación por parte de los padres. Si tu hijo padece una alteración de este tipo, es importante averiguar si se debe a un hecho puntual o puede tratarse de algo que entrañe una mayor gravedad. Un especialista en el tema será quien te sacará de dudas, con el debido diagnóstico, pero antes conviene que prestes atención a una serie de conductas o actitudes.
En esta entrada ahondamos en la cuestión y te señalamos algunos comportamientos que pueden indicar que es hora de recurrir a un profesional.
¿Cuáles son las dificultades conductuales más habituales que pueden tener los niños?
Los niños y adolescentes atraviesan a lo largo de su desarrollo diferentes fases. No es de extrañar que, durante algunas de ellas, consideradas críticas, puedan presentar problemas ligados a su comportamiento.
En fases iniciales de su desarrollo pueden aparecer dificultades relacionados con:

- Rabietas: alrededor de los dos o tres años las rabietas son consideradas “normales” y van disminuyendo a medida que el niño crece. No obstante, algunos niños, con el propósito de conseguir sus deseos o caprichos de manera inmediata, utilizan las rabietas para lograrlos.
- Niño desobediente: en ocasiones hay niños que les cuesta obedecer y buscan continuamente el enfrentamiento con las figuras de autoridad.
- Patrón negativista: son niños que no admiten el no, muestran oposición, son desafiantes, etc.
Otros signos de alerta
Posteriormente, se pueden apreciar otros patrones que también pueden llamar tu atención.
- Hay menores a los que, en ocasiones, les cuesta concentrarse en la escuela durante las clases y llegan incluso a mostrarse aburridos o inquietos.
- Mantener una postura desafiante y hostil hacia aquellas personas que ejercen cierta autoridad, como pueden ser los padres y profesores, es otra forma que adoptan estas problemáticas.
- La inestabilidad de carácter emocional también puede hacer saltar las alarmas. ¿Has advertido en tu hijo cambios radicales que se suceden con poco tiempo de diferencia?
- Otra señal de una conducta problemática en niños es si ha comenzado a mostrar agresividad en su día a día y/o arrebatos de ira, típicamente dirigidos a personas con autoridad.
- Las mentiras reiteradas son otro síntoma de que su comportamiento ha cambiado.
- Lo mismo puede decirse del hecho de que protagonice pequeños hurtos, como, por ejemplo, sustraer pertenencias a la familia, sus amigos o sus compañeros de clase.
- Las dependencias emocionales con un apego excesivo, por un lado, y el mantener relaciones superficiales, por otro, pueden ser motivo de cierta preocupación.
- También puede ocurrir que te adviertan de ausencias o retrasos injustificados a algunas clases del colegio.

No siempre estas acciones significan que tu hijo sufre un problema de conducta, como el trastorno negativista desafiante o el trastorno explosivo intermitente, entre otros. Puede tratarse simplemente de una perturbación temporal que se solucionará a base de paciencia y mucha comunicación.
En cualquier caso, la familia será un gran apoyo para superar estas fases que pueden darse en determinadas edades. También sus docentes. Si lo crees necesario, no dudes en consultar a un especialista para que determine la causa y te asesore.
¿Qué tipo de conducta pueden presentar los niños para que los padres tomen la decisión de llevarlos a un especialista?
A la hora de identificar a un niño con problemas de conducta, se tienen en cuenta comportamientos concretos. Para que seas capaz de reconocerlos, hemos reunido los más comunes. Si constatas que tu hijo los padece, ponte en contacto con un equipo de especialistas que incluya la figura de un psiquiatra y la de un psicólogo. Son los únicos capaces de realizar un diagnóstico profesional.
La evaluación es crucial. Estás ante el paso previo a la elección de un tratamiento acorde con su estado. La premura con la que se den estos pasos resulta muy importante para minimizar su incidencia y evitar posibles complicaciones en el futuro.
Tanto la familia como el colegio desempeñan un papel clave a la hora de advertir comportamientos que se deben tener en consideración.

Son los que te resumimos a continuación.
- Un cambio repentino: ¿Notas que últimamente tu hijo se muestra especialmente triste? ¿Está apático? ¿Ha comenzado a irritarse con facilidad o con relativa frecuencia? Si ha experimentado un cambio repentino en su conducta y no le encuentras una explicación lógica, tal vez te encuentres ante una problemática que debería ser diagnosticada y tratada por un experto.
- Pesadillas y terrones nocturnos: La noche se ha convertido para él en fuente de terrores y pesadillas que se repiten a diario. ¿Te has dado cuenta de que, además, le cuesta conciliar el sueño? Ese miedo puede extenderse a otras situaciones que rechaza sistemáticamente, como el hecho de quedarse solo.
- Tics y obsesiones: Parpadeos, encogimiento de cuello, dar vueltas repetidamente, toser compulsivamente, etc. Son algunos tics que puede llegar a presentar tu hijo y que pueden ser la señal de un problema mayor. Ocurre algo similar con las obsesiones y con aquellos trastornos de tipo físico a los que no se encuentra una explicación médica, como, por ejemplo, vómitos y dolores de cabeza.
- Problemas en el colegio: ¿Te sorprende que sus notas hayan empeorado en los últimos tiempos? ¿Sus profesores se quejan de que no presta atención en el aula? ¿Le cuesta concentrarse? Si adviertes que se encuentra más intranquilo que de costumbre o que se aburre en todo momento, es posible que necesite ayuda.
- Carece de amigos: Otra de las circunstancias que pueden hacerte sospechar que el menor padece un problema es que no se relacione con otros niños de su misma edad o que no tenga amigos. El motivo podría estar relacionado con una timidez o inseguridad excesivas, desinterés por relacionarse con los otros niños o un trato violento hacia o por parte de ellos.
- Otros comportamientos que pueden hacerte sospechar: A los que ya te hemos enumerado se sumaría el que sea desobediente e incluso, algo agresivo. ¿Te cuesta manejarlo? ¿Sufre acoso escolar? ¿Hace que te sientas al límite? Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, no dudes en recurrir a un psicólogo infantil.

La ayuda profesional permite detectar problemas de conducta en niños y establecer un tratamiento para que experimenten una evolución óptima. También puedes complementar su proceso con recursos de Logopedicum. Disponemos de juguetes y otros artículos que te resultarán muy interesantes. Por ejemplo, el libro Técnicas básicas de disciplina, las ilustraciones que conforman La convivencia y el material fotográfico que reúnen las Cartas discusión, entre otros.
Deja tu comentario