La respiración, un pilar fundamental
La respiración fisiológica debe ser nasal. Para ello, la lengua tiene que estar bien colocada, los labios cerrados, etc., ya que además de permitir la entrada del aire por la nariz favorecerán el correcto crecimiento y desarrollo de las estructuras craneofaciales.
De lo contrario, tendremos una respiración alterada u oral. La causa de tal alteración puede ser orgánica o funcional pero en todos los casos habrá una adaptación muscular (lengua descendida, labios entreabiertos, …) que podrá de
sencadenar o agravar alteraciones maxilodentales y a la vez podrá ser el punto de partida de otros desequilibrios en las funciones de: deglución, masticación, fonoarticulación y en la actitud postural, pudiendo también llegar a interferir en los aprendizajes.
La principal causa de una inadecuada respiración nasal en el niño es la rinitis o inflamación de la mucosa de la nariz (infecciosa, ambiental, alérgica,…). De aquí la importancia de una correcta higiene nasal.
La nariz que no ventila bien puede predisponer la aparición de procesos infecciosos en vías altas llegando a afectar la ventilación del oído medio y causando otitis. Estas no siempre son dolorosas, motivo por el cual pueden pasar desapercibidas para el adulto, pero sin embargo si son recurrentes en los primeros años de vida pueden tener efectos nocivos en el desarrollo del habla, del lenguaje, en la capacidad de atención y concentración, etc., con las consecuentes repercusiones en la adquisición de la lecto-escritura y el seguimiento de los aprendizajes.
A continuación os dejamos una serie de consejos para tener una buena higiene nasal que nos permitirá respirar libremente por la nariz:
– Ingerir abundantes líquidos para fluidificar el moco, preferiblemente agua.
– Tener una correcta higiene nasal diaria con ayuda de suero fisiológico o agua salina.
– Evitar la inhalación de humos tóxicos, ambientadores, desodorantes, …
– Humidificar ambientes secos o con calefacción que puedan provocar sequedad nasal.
– Sonarse minuciosamente y con pañuelos limpios cada vez.
– Estar en ambientes con climatización extrema (frío o calor) ya que resecan significativamente.
– Humidificar excesivamente espacios ya que un medio demasiado húmedo propicia la vehiculización de gérmenes ambientales.
– Abusar del sonado de la nariz ya que si se hace demasiado frecuente y fuerte puede congestionar la mucosa nasal y provocar inflamación.
– Inspirar los mocos i extraerlos con los dedos.
– Mocarse por los dos orificios a la vez bruscamente ya que el aire va hacia la trompa de Eustaquio y arrastra mucosidades hacia el oído favoreciendo otitis.
Deja tu comentario