¿Cuando acudir al logopeda?
El desarrollo del lenguaje es fundamental para organizar el pensamiento. Los parámetros de normalidad nos pueden orientar de lo que debería estar comprendiendo y/o expresando nuestro hijo, sobrino, alumno, etc., en cada momento evolutivo.
Ante la presencia de dudas o sospechas de desviación del desarrollo normativo es interesante consultar a un logopeda ya que la detección precoz es fundamental para prevenir o minimizar posteriores cuadros clínicos.
A continuación os adjuntamos una serie de pautas a tener en cuenta en función de la edad:
De 0 a 6 meses
- El recién nacido presenta dificultades de succión.
- El bebé no reacciona ni se orienta hacia el sonido o voz.
- No hay muestras de sonrisa social.
- No mantiene el contacto ocular.
- No hay emisión de sonidos o balbuceo.
De 6 a 12 meses
- El bebé presenta dificultades ante el cambio de consistencia alimentaria.
- El bebé no dirige la cabeza al oír su nombre.
- No reacciona ante los cambios de entonación de sus interlocutores.
- No comprende las palabras más familiares.
- No imita ni emite sonidos con intención comunicativa.
De 12 a 24 meses
- El niño no usa el gesto para pedir algo.
- No comprende órdenes simples de negación o reclamo.
- No aparecen las primeras palabras con significado.
De 18 a 24 meses
- Al niño le cuesta aceptar los alimentos sólidos y se le resiste masticar.
- No usa palabras para controlar su entorno.
- No ha aparecido el «NO».
2 años
- No hay muestras de juego simbólico.
- El niño no dice su nombre.
- No se expresa con frases de 2 o 3 palabras.
- El augmento de vocabulario es muy lento.
3 años
- Muestra conductas inapropiadas (empujar, pegar…) al relacionarse con los iguales.
- El repertorio de vocabulario es limitado (tiene pocos verbos, no hay muestra de plurales, no usa preposiciones, etc.).
- El repertorio de funciones comunicativas es muy reducido (no formula preguntas, negaciones…).
- No comprende explicaciones sencillas.
- Se observa salivación o babeo constante.
- Presenta alteraciones en la oclusión dental.
4 años
- Habitualmente respira con la boca abierta.
- Al niño le cuesta hablar fluidamente y tartamudea con frecuencia.
- Su habla solo es entendible por las personas de su entorno más próximo.
- Presenta dificultades para explicar cualquier situación cotidiana.
- Le cuesta relacionarse con iguales y prefiere jugar solo.
5 años o +
- La lengua se visualiza demasiado al tragar.
- Pierde la voz a menudo o su timbre es peculiar.
- Ante una situación que exige una explicación oral el niño comunica que no sabe o no se acuerda.
- Presenta alteraciones en la articulación de algunos sonidos del habla.
- Le cuesta demasiado conjugar los tiempos verbales.
- Se le resiste el aprendizaje de la lectura y escritura.