Nueva formación! para logopedas profesionales como tú.

Aprendizaje de conceptos temporales y gestión del tiempo

Aprendizaje de conceptos temporales y gestión del tiempo

El tiempo es ese gran aliado o enemigo de cada uno de nosotros, presente en todas nuestras acciones y decisiones o momentos importantes de nuestra vida. Pero, antes de sumergirnos en la tarea de entender qué es y cómo se hace una buena gestión del tiempo, es necesario tener presentes dos conceptos que se relacionan entre sí.

Percepción del tiempo

Este concepto tiene relación con la etapa madurativa en la que se encuentre un individuo. La percepción del tiempo será distinta según la capacidad y en cierta manera la habilidad marcada por los hitos conseguidos y las herramientas que pueda tener la persona, dependiendo de la edad o momento madurativo en el que se encuentre.

Por poner unos ejemplos simples, un niño de un año no percibe el tiempo de la misma manera que un niño de 9 años y, a su vez, este no lo percibe igual que un adolescente o un adulto.

Noción del tiempo

La noción del tiempo no es algo que se pueda establecer de una manera orgánica o natural. Como el resto de especies con las que nos hermanamos, no somos capaces de construir esa noción del tiempo sin antes poner en marcha algunas estrategias. De esta manera, es un constructor social que debemos aprender a manejar con constancia y metodología.

Relacionados con la noción temporal, varios son los conceptos que poco a poco aprendemos a manejar y que, de haberlo hecho correctamente, nos son familiares para todos. “Ayer”, “hoy”, mañana”, “día”, “semana”, “mes” o “año” son las primeras palabras y significados que nos enseñan nuestros mayores, desde edades tempranas y en las que vamos aprendiendo a construir la gestión de nuestro tiempo de vida, mientras montamos actividades, rutinas y costumbres, que nos ayudan a reafirmarnos como individuos capaces de tener uno o mil propósitos.

Deconstruyendo el tiempo

Para tener una mejor idea sobre todo esto, podríamos separar en dos el concepto “tiempo”

En primer lugar, existe un tiempo marcado por el reloj. Este tiempo es objetivo y absoluto. Es decir, que podemos medirlo de manera concreta y precisa. En este sentido, está estipulado que un día terrestre tiene 24h de duración y sabemos que, más o menos y según algunos factores extra (latitud geográfica, distancia al Sol y posición de este en el horizonte, época del año, etc.), existen 12h de luz solar y 12h en las que no la hay. Es a partir de aquí donde aparecen en nuestro vocabulario universal las palabras de “día” o “noche”, y todos los hitos históricos que hemos conseguido, gracias a adaptar nuestra rutina personal, social y laboral a ello.

 “La noción del tiempo es un constructo social que debemos aprender a manejar con constancia y metodología”

Por último, existe un tiempo real, marcado por lo que experimentamos a partir del tiempo absoluto, mencionado anteriormente. Este tiempo real es totalmente subjetivo y relativo, dependiente de quienes somos nosotros y que nos distingue de los demás. De esta manera, un niño que experimenta sensorialmente toda información exterior muy intensamente, tiende a percibir que el tiempo “se estira”; mientras que una persona mayor, poseedora de más experiencias y recorrido vital, se sorprenderá menos ante actividades rutinarias y tenderá a percibir que el tiempo (recordemos: las 24h de un día) pasa más rápido, incluso llegar a pensar que “su día a día es pura monotonía y repetición”.

La noción del tiempo y los niños

Como ya hemos dicho, la noción del tiempo es algo que debemos aprender a entender y aplicar en nuestro día a día, a ser posible desde bien pequeños. Es por eso, que desde la escuela se fomenta el aprendizaje de rutinas personales y grupales, donde el tiempo es el gran protagonista del cuento y en torno al cual giran cosas tan elementales como la hora de entrada y salida del colegio, el momento de descanso o patio y la hora de ir al comedor o volver a casa a comer y luego volver a la escuela, entre otros muchos, que conforman la rutina escolar.

Aun así, se hace evidente que, muchas veces el sistema educativo no está dando la debida importancia que tiene el proceso de aprendizaje del entendimiento del concepto “tiempo” para los niños, y lo que ello implica para su correcta aplicación en futuras etapas.

Muchísimas son las veces que los pequeños se ven arrastrados por la prisa y la desesperación de los adultos por llegar a cumplir el temario que marca el currículo de etapa o porque los cuidadores tienen prisa en llegar al trabajo puntuales, para que su jefe no ponga en duda su profesionalidad. Y no nos paramos a pensar ni un segundo en el flaco favor que les hacemos, al no respetar sus diferentes etapas vitales y de aprendizaje, a la vez que no somos capaces de ser un ejemplo a imitar, en lo que hace a la gestión de nuestro propio tiempo.

Se sabe que recién a partir d ellos 13-14 años de edad una persona percibe el tiempo como lo hará en su etapa adulta y autores como Piaget, ya daban nociones de la existencia de distintas etapas de aprendizaje del concepto “tiempo”.

Etapas de aprendizaje del tiempo

Como adultos, debemos conocer las diferentes etapas por las que pasan los niños, con el objetivo de ayudarles a que aprendan a administrar su tiempo, de manera acorde a la etapa en la que se encuentren.

Podemos distinguir las siguientes cinco etapas:

Etapa I:  el niño entiende el tiempo como una única dimensión (tiempo presente).

Etapa II: el niño empieza a tener conciencia de la noción temporal a partir de sucesos que vive o ha vivido. No entienden la idea de los periodos de tiempo (horas/minutos/segundos, días meses, años, etc.) y no tienen noción del ayer, mañana, etc.) Tienden a pensar que el tiempo empieza con su propia existencia, es decir, que no conciben que antes pudiera existir nada más.

Etapa III: entiende mejor el “antes”, “después”, “simultáneamente” y “ahora”. Empiezan a aprender a utilizar los adverbios de tiempo.

Etapa IV: comienza a entender y manejar tiempos secuenciales (ej.: rutina de higiene, rutina de actividades escolares, etc.) y tiempos cronológicos (ej.: distingue su cumpleaños y el de sus familiares directos, puede relatar pequeñas experiencias ocurridas recientemente, etc.)

Etapa V: Comienza a ser capaz de tener visión objetiva de grandes periodos de tiempo (meses, años, década, siglo, milenio, etc.) por lo que puede empezar a retener más información durante más tiempo y está preparado para aprender conceptos de Historia universal, entre otros muchos.

Ventajas de enseñar a los niños una buena gestión del tiempo

  • Desarrollo de la voluntad y la autodisciplina: claves a cualquier edad y cruciales para desenvolvernos en la vida.
  • Aprenden a establecer prioridades: si son capaces de priorizar de más a menor importancia sus tareas, les será útil para ser más efectivos, incluso gestionar mejor sus emociones.
  • Adquieren herramientas para alcanzar sus metas y objetivos: Conectado al punto anterior, tener claras sus prioridades sabiendo lo que quieren conseguir y cómo hacerlo, podrán alcanzar con más éxito sus propósitos.
  • Administrar bien el tiempo libera tiempo extra que puede ser aprovechado en ocio y en otros proyectos: Es muy necesario que tengan tiempo libre para invertirlo en hacer cosas que les motiven, les relajen y les hagan recobrar energía para seguir, ya sea con sus rutinas o simplemente para mejorar sus relaciones con otras personas, entre otras muchas cosas.


Ladrones del tiempo: los enemigos de la buena gestión temporal

¿Cuántas veces hemos oído hablar de ellos y cuántas otras los hemos sufrido? Estos ladrones del tiempo son tan cotidianos que, muchos seguramente que ya ni reparan en ellos. Pero, para tener una buena gestión de nuestro tiempo es necesario evitarlos o minimizarlos al máximo. Cosas como la prisa, la falta de organización, la falta de información, de autodisciplina y voluntad, sumados a la indecisión, la dificultad para establecer prioridades y la incapacidad para saber decir NO, son factores que nos pueden dificultar mucho cómo gestionamos nuestro tiempo y, por tanto, nos restan oportunidades para alcanzar la satisfacción y el éxito. Por esto es de suma importancia aprender y enseñarles a nuestros niños cómo hacerlo.

 “Si aprendemos a controlar los ladrones del tiempo, nuestra buena gestión de ese tiempo nos ayudará en la adquisición de capacidades como el desarrollo de la voluntad, la disciplina y el poder establecer prioridades para alcanzar nuestras metas”

¿Cómo trabajar con los niños la gestión del tiempo?

Como ya hemos visto en otro artículo de nuestro blog sobre el uso de time timers, existen infinidad de actividades o recursos que se pueden utilizar para gestionar el tiempo de los niños y pueden ser una herramienta perfecta para tener el concepto del tiempo mientras hacen tareas en casa, deberes o actividades. Aun así, a continuación, os dejamos una lista con diferentes recursos para utilizar con niños pequeños y niños un poco más grandes, que por supuesto podéis adaptar según el usuario.

RECURSOS PARA LOS MÁS PEQUEÑOS

  • Tablero de rutinas diarias
  • Tarjetas secuenciales
  • Calendario de pared
  • Jugar con un cronómetro haciendo «retos»
  • Tomar el tiempo de las actividades cotidianas
  • Diferenciar en 4 momentos el día y organizar actividades

RECURSOS PARA LOS MÁS GRANDES

  • Establecer pasos para lograr metas
  • Utilizar una agenda
  • Evaluar cómo emplea su tiempo
  • Enseñarles a ser y mantener un orden con sus objetos y sus actividades
  • Establecer rutnas familiares

Para acabar, nos gustaría recordar la importancia, en la adquisición de la gestión del tiempo, del ser constantes y comprometidos con este asunto, recordando siempre que la buena adquisición de este aspecto ayudará a nuestros hijos y alumnos a desenvolverse mejor en el presente y, sobre todo, en su futuro. Así pues, manteniendo una línea de comunicación abierta y fluida, siendo su modelo a seguir en el orden y el establecimiento de prioridades y, proveyéndoles de las herramientas adecuadas para ello, solo nos queda confiar en que les sea de utilidad en el tránsito por su propio camino.

Mundo Logopedicum
El equipo redactor de Mundo Logopedicum está formado por múltiples profesionales del ámbito sanitario como logopedas, psicólog@s, odontólog@s, odontopediatras... que colaboran generando contenido de interés tanto para otros profesionales como familias, compartiendo nuevos puntos de vista y sus propias experiencias profesionales con el fin de aportar un valor añadido a las publicaciones de nuestro blog.