Juego al aire libre
Te presentamos actividades aptas para todo público, pero especialmente para los peques del grupo, ahora que hace buen tiempo, brilla el sol y empieza a hacer calor.
La importancia del juego es muy notoria en todas las etapas por las que pasamos como seres humanos, pero especialmente se vuelve crucial y vital en las primeras etapas del desarrollo. Tanto es así que, en la última mitad del siglo XIX y sobre todo a principios del siglo XX muchas teorías y autores, entre los que contamos a Gross, Piaget o Vygotsky, desarrollaron nuevas ideas al respecto.
En este sentido, Gross definía el juego como biológico e intuitivo y que prepara al niño para desarrollar sus actividades en la etapa de adulto. Resumidamente, todo aquello que experimentemos en nuestra etapa inicial nos dará mejores o peores herramientas para desenvolvernos como adultos.
Por su parte, Piaget sostenía que el juego forma parte de la inteligencia del niño, porque representa la asimilación funcional o reproductiva de la realidad según cada etapa evolutiva del individuo. Este mismo autor asocia tres estructuras básicas del juego con las fases evolutivas del pensamiento humano:
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- El juego como simple ejercicio (pretende dar movimiento al cuerpo)
- El juego simbólico (abstracto, ficticio)
- El juego reglado (colectivo, resultado de un acuerdo de grupo).
Piaget concluyó que las capacidades sensorio motrices, simbólicas o de razonamiento, como aspectos esenciales del desarrollo del individuo, son las que condicionan el origen y la evolución del juego.
Finalmente, Vygotsky entendía que el juego surge como necesidad de reproducir el contacto con lo demás estableciendo que el juego es una actividad social, en la cual, gracias a la cooperación con otros niños, se logran adquirir papeles o roles que son complementarios al propio.
Naturaleza, origen y fondo del juego son fenómenos de tipo social, y a través del juego se presentan escenas que trascienden los instintos y pulsaciones internas del individuo.
Vigotsky también se ocupa principalmente del juego simbólico y señala como el niño transforma algunos objetos y lo convierte en su imaginación en otros que tienen para él un distinto significado, por ejemplo, cuando corre con la escoba como si ésta fuese un caballo, y con este manejo de las cosas se contribuye a la capacidad simbólica del niño.
¿Por qué es importante el juego al aire libre?
Cuando un niño juega al aire libre su desarrollo emocional, intelectual, motriz y social se ven claramente beneficiados. Al aire libre se armonizan los aprendizajes intelectuales y los motrices, haciendo que el niño integre de una manera más orgánica y natural lo que experimenta, favoreciendo a su vez la repetición en siguientes ocasiones, llegando a formarse así un hábito.
Ventajas
- Favorecer el desarrollo de la creatividad: Si los pequeños se exponen a situaciones y entornos nuevos (como un campo, un valle, o simplemente el parque que hay cerca de casa en diferentes épocas del año) la creatividad se potenciará, dando lugar a que mejorar su manera de interactuar y percibir el mundo que les rodea.
- Impulsar de la imaginación: En relación con el punto anterior, salir al aire libre y pasar tiempo de calidad allí dota a los niños de elementos que impulsan y agrandan su imaginación, enriqueciendo su mundo interior y exterior.
- Desarrollar la autonomía personal: Si duda alguna, explorar entornos fuera de casa o de lugares conocidos por el niño, le permitirá trabajar su autonomía, por lo que irá aprendiendo a desenvolverse sin la intervención de sus adultos de referencia.
- Generar lazos sociales: Desde luego, hacer actividades en el exterior da la posibilidad de entablar nuevos lazos sociales, sobre todo con iguales en el caso de los niños.
- Mejorar la conexión entre madres, padres e hijos: Exponernos al aire libre y realizar actividades con nuestros seres queridos nos da la posibilidad de mejora los lazos entre adultos y niños, sobre todo si se trata del núcleo familiar. Compartir momentos amenos mientras estamos en compañía de la familia confiere seguridad y bienestar a los más pequeños.
- Experimentar de forma grupal: Por norma general, compartir espacio y tiempo en un entorno natural o al aire libre, nos empuja a compartir experiencias grupales, que a su vez mejora nuestras habilidades sociales y la generación de nuevas experiencias.
- Posibilitar la actividad física, con beneficios a nivel físico y psíquico: Son bien sabidos los beneficios que trae hacer actividad física, entre otras cosas porque nos sentimos más animados, con más energía y nos estimula a nivel cognitivo, favoreciendo que todos los puntos anteriormente descritos tengan lugar.
Por otro lado, estando al aire libre nos exponemos a la luz solar. Pasear a la luz del sol es muy importante para los peques (y para los papis también) ya que su acción es necesaria para que el cuerpo sintetice vitamina D, un componente imprescindible para que los huesos asimilen el calcio y se puedan fortalecer, ayudando al buen desarrollo físico del niño. Por supuesto, es necesario protegernos con cremas solares y taparnos la cabeza con una gorra, a la vez que y evitamos los horarios de mayores temperaturas para salir de casa e ir a entornos abiertos.
Los niños deben tener contacto con el exterior y con la naturaleza; alejarlos de las pantallas y del sedentarismo es crucial para su actividad mental y física
Por último, al aire libre los niños juegan y proponen soluciones para ir resolviendo las situaciones que pueden darse en un entorno menos preparado por el adulto, lo que les aporta autonomía, poder de decisión, iniciativa para actuar e independencia.
6 actividades que podemos desarrollar al aire libre
1. Botellas con arena de colores
Para darle contexto a esta actividad, os proponemos preparar un rincón de vuestro jardín o zona de juegos con una temática que invoque un entorno marino, con playas, imágenes de muelles con barcos o cualquier elemento que se os ocurra en este sentido.
Para esta actividad necesitaremos tener pequeñas botellas recicladas de plástico o vidrio trasparente, junto a nuestro set de saquitos de arena de colores. Intercalaremos los diferentes colores del set para crear divertidas botellas, mientras nos sumergimos en el mundo de los piratas.
2. Pintores por un día
Otra actividad que podemos realizar con el set de saquitos de arena de colores es dibujar o pintar algún cuadro, como si fuéramos pintores famosos.
En esta propuesta, necesitaremos hojas de papel o trozo de cartón, un pincel pequeño, pegamento o cola blanca diluida en un poco de agua y como no, el set de saquitos de arena de colores. Como material opcional, buscaremos alguna bandeja donde poner el resto de materiales y así no desparramar la arena, pero repetimos que es opcional.
Primero, diluiremos la cola blanca con un poco de agua. Esto es totalmente a ojo. Ahora, con ayuda del pincel pintaremos la hoja de papel o cartón con la cola diluida y, a continuación, sin dejar que se seque, esparciremos la arena de colores con nuestras manos para dar forma a nuestro dibujo. Una vez acabemos, dejaremos secar la superficie pintada y después podremos utilizar la para darle color a alguna pared o regalársela a un ser querido.
3. Modelando con plastilina inteligente
Para esta actividad prepararemos un rincón con bandejas y/o manteles antideslizantes, junto a nuestra plastilina inteligente y, por qué no, algunos moldes y cubos de pequeño tamaño, tan típicos de los días en la playa, ese lugar al aire libre que tanto nos gusta visitar cuando tenemos la ocasión.
Con nuestras manos o con ayuda de algún utensilio, podremos moldear nuestra plastilina inteligente y crear tantas formas como infinita sea nuestra imaginación. Esta plastilina inteligente es lo más ¡podrás volver a empezar todas las veces que quieras!
4. Exploración del medio natural con plastilina inteligente
En esta propuesta además de la plastilina inteligente y una bandeja o superficie donde sea fácil manipular la plastilina, utilizaremos conchas marinas, piedras, musgo, ramitas de madera natural, incluso alguna pequeña rama de pino o una planta perenne con sus hojas. Simplemente presentaremos todos los materiales dentro de la bandeja y dejaremos que el niño experimente con ello por si solo.
La actividad pretende presentar al niño elementos naturales de un entorno marino, en nuestro caso el ecosistema mediterráneo, a la vez que experimenta sensorialmente con la plastilina inteligente.
5. Sellos hechos con plastilina 3D
Las cartas que las personas escribían para comunicarse entre sí hasta hace un siglo eran selladas utilizando cera de colores, y prensando esta cera con pequeñas piezas de metal y caucho, soldadas a un mango de materiales como la madera. Con estos sellos, el que recibía la carta sabía quién se la había enviado, porque los sellos tenían motivos o dibujos que identificaban a su dueño, siendo únicos y diferentes para cada persona.
Nosotros también podemos hacer nuestro propio sello, utilizando viejos corchos de botella reciclados, que serán tallados con la ayuda y supervisión de un adulto, con un cuchillo o cúter. También podemos utilizar tubérculos como patatas o zanahorias, para dibujar en ellos las formas que más nos gusten y estampar, diversos materiales como cartón, papel o, en esta ocasión, plastilina 3D.
Después de tallar nuestro sello, haremos unas bolitas con nuestra plastilina 3D, la apastaremos con la palma de la mano y en un ratito podremos tener divertidas formas estampadas con las que decorar cualquier rincón de nuestra casa, o escribirle una carta como las de antes a quien nosotros más queramos.
6. Modelado de animales con plastilina 3D
En esta ocasión, presentaremos la plastilina 3D junto a imágenes o representaciones de diferentes animales obtenidos de recortes o de impresiones web. Si es necesario introduciremos los nombres de cada uno de esos animales, haciendo un ejemplo de modelado in situ o presentado en la superficie de trabajo con anterioridad (Ej.: modelar un oso). Una vez hecha la provocación al juego, dejaremos que los niños interactúen con los materiales y decidan qué animal modelar.
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